Ollanta Humala es un presidente que se acostumbró a funcionar al “cargamontón”, a pocos días de juramentar, la derecha lo puso contra la pared por el viaje de su hermano Alexis a Rusia, en unas horas puso a Velarde, jefe del Plan de gobierno del derechista PPC al frente del BCR y a Castilla, viceministro de Alan García como Ministro de Economía. El “cargamontón” desapareció inmediatamente, para reaparecer posteriormente como el instrumento de la derecha.

La ley 30288, ha sido promulgada en el marco de un cuarto paquetazo de medidas, todos publicados en un escenario en el que la prensa de la derecha, o sea casi toda, ha puesto al esposo de Nadine Heredia como cómplice de Martín Belaúnde y protector de López Meneses.

Lo que no esperaron ni Ollanta Humala ni sus aliados apristas y fujimoristas es que esta vez el cargamontón llegase desde los jóvenes. 20,000 chicos han llenado 40 cuadras, para tirarse abajo la ley, han logrado que el miedo recorra las habitaciones de Palacio de Gobierno, la calle Junín hasta Palacio del Congreso y de allí hasta las cuevas de Alan García, Kucsinzky y Keiko Fujimori y la propia CONFIEP.

La orgía de traiciones en la que se ha convertido el gobierno de Humala, se enfrenta a lo que puede ser el inicio del hundimiento de su gobierno y de todos los que han hecho del robo de derechos a los peruanos una manera de llenarse los bolsillos de plata.

Nadine Heredia, convertida en un mastín, ha salido a acusar de “politiqueros” a todo el mundo; Urresti su ministro preferido odia las cámaras hoy; Segura tuvo que cancelar la celebración que tenía preparada; Otárola, bueno ese de felpudo no pasa y Ollanta Humala está deseando haberse quedado en París.

Los jóvenes hoy han puesto al gobierno a la defensiva y la ley 30288, a estas alturas, ya está hecha tirones, en los siguientes días debe caer. Debieran caer también Urresti, Segura y Otárola. Pero ya fue establecida la ruta, y ha sido marcada en 40 cuadras de lucha.

18 de diciembre, 2014